Sorpresa en Moncloa porque el PSOE rompa el tono conciliador de la reunión con Rajoy
La reacción del PSOE tras la reunión entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez ha provocado sorpresa en La Moncloa. En fuentes gubernamentales destacan que el encuentro transcurrió en un tono de cordialidad, y que eso no se corresponde con el talante mostrado después. Primero, en la rueda de prensa de la portavoz socialista, Margarita Robles-la encargada por Sánchez para informar de la cita- y, horas más tarde, en la entrevista televisiva en la que el propio dirigente socialista participó en Telecinco.
En esa entrevista, Sánchez anunció su intención de abrir una subcomisión en el Congreso para avanzar en la reforma de la Constitución, un asunto que genera muchos recelos en el Ejecutivo y que el secretario general del PSOE tiene intención de llevar adelante. Su aprobación no requiere del apoyo del partido del Gobierno.
En fuentes de Moncloa se muestran así un tanto perplejos por la actitud del principal partido de la oposición. Insisten en valorar que la reunión ha supuesto un antes y un después en las relaciones con el PSOE, al retomar la normalidad institucional con este partido. Pero desconfían también de los socialistas, por esos cambios de tono.
El encuentro, confió el presidente del Gobierno a su círculo en La Moncloa, transcurrió apaciblemente y con escasas discrepancias. De hecho, en él ni se plantearon algunos asuntos sensibles para la sintonía entre ambos partidos, como la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Sin embargo, ese tema fue precisamente después una de las puntas de lanza del PSOE. Robles advirtió de que los socialistas rechazan rotundamente su aplicación y reveló además que la Ejecutiva del partido de esta semana había tratado el asunto. En ella, dijo, hubo consenso en su rechazo.
En su lugar, el PSOE insistió al presidente del Gobierno a tomar la iniciativa con Cataluña-buscando una solución política y dialogada con los independentistas-para lo que da de plazo hasta septiembre. Si no es así, los socialistas emprenderán la batalla legislativa, buscando una mayoría alternativa, para la que no descartan contar incluso con los propios separatistas. Esa iniciativa incluiría, además de la reforma de la Carta Magna, más beneficios en financiación para los catalanes.
Entre tanto, el Gobierno considera que la propuesta de Sánchez de dialogar con los dirigentes catalanes tiene muy escaso recorrido. «Para bailar el tango hacen falta dos», ironizó este viernes el portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, convencido de que «es muy difícil si se supedita todo a la celebración de un referéndum ilegal».
No obstante, el portavoz destacó también que desde el Gobierno esa mano tendida existe y ha existido. Siempre dentro de la ley, dejó claro.
En fuentes del Gobierno se indicó después que es «imposible» que Puigdemont ofrezca explicaciones sobre esa consulta en el Congreso porque sus planes son un «bodrio», al igual que las leyes anunciadas esta semana, la del referéndum de autodeterminación y la de transitoriedad, y que el Ejecutivo no recurrirá ante el Tribunal Constitucional en tanto en cuanto no se plasmen oficialmente.